miércoles, 22 de abril de 2009
PALABRAS DEL DIRECTOR DEL PARIDO LIBERAL, ALBRTO LLERAS, EN LA CONFIRMACION DE LA PROCLAMACION DE LA CANDIDATURA DEL SEÑOR GUILLERMO LEÓN VALENCIA
BOGOTÁ 12 ABRIL DE 1957.
“Por eso hoy, cuando todos ustedes esperan ansiosos oír la voz de quien es desde el 8 de abril el jefe consagrado para el honor y resuelto al sacrificio, yo sólo tengo que decir que mi partido deposita su fe en Guillermo León Valencia, como lo hizo en 1917 en su padre, y como la volverá a poner plenamente en todo hombre de buena voluntad, sea o no sea liberal cuandoquiera que la Patria así lo exija.
Por muchas razones este nombre es la antítesis de lo que ahora nos gobierna. Aquí está con nosotros, y para nosotros, un ciudadano que lleva más de 20 años de vida publica, que ha tenido en sus manos más poder o influencia que la mayor parte de nosotros, y que sin embargo está mas pobre hoy que lo que fue el primer día de su advenimiento a la acción política. Esta no es una virtud, ciertamente, sino cuando lo contrario se enseñorea oscuramente de los puestos de poder y de representación para convertirlos en fuente de enriquecimiento sin causa y sin vergüenza. Pero, además, la vida de Guillermo León Valencia es de una transparencia absoluta, y su rectitud no tiene sombras. Es, por otra parte, un ejemplo de lo que debe ser un político colombiano, respetuoso de todas las leyes e instituciones creadas en más de un siglo de esfuerzo por la inteligencia de nuestros grandes compatriotas, y sobre todo, respetuoso, como soldado de Cristo, como autentico católico, como hombre civilizado y culto, de los derechos de los trece millones de personas humanas que habitan el territorio de la República, que abominan del despotismo.
A su esfuerzo de estos días luctuosos y graves y al que realice en el gobierno de la nación cuando lleguen otros mejores, el liberalismo le ofrece una cooperación sin otro límite que el fiel cumplimiento de la palabra que ha empeñado en ese documento histórico del 20 de marzo.”
Tomado de: Libro “Las Jornadas de Mayo”; Ediciones Documentos Colombianos Bogotá; Pagina: 61-62.
“Por eso hoy, cuando todos ustedes esperan ansiosos oír la voz de quien es desde el 8 de abril el jefe consagrado para el honor y resuelto al sacrificio, yo sólo tengo que decir que mi partido deposita su fe en Guillermo León Valencia, como lo hizo en 1917 en su padre, y como la volverá a poner plenamente en todo hombre de buena voluntad, sea o no sea liberal cuandoquiera que la Patria así lo exija.
Por muchas razones este nombre es la antítesis de lo que ahora nos gobierna. Aquí está con nosotros, y para nosotros, un ciudadano que lleva más de 20 años de vida publica, que ha tenido en sus manos más poder o influencia que la mayor parte de nosotros, y que sin embargo está mas pobre hoy que lo que fue el primer día de su advenimiento a la acción política. Esta no es una virtud, ciertamente, sino cuando lo contrario se enseñorea oscuramente de los puestos de poder y de representación para convertirlos en fuente de enriquecimiento sin causa y sin vergüenza. Pero, además, la vida de Guillermo León Valencia es de una transparencia absoluta, y su rectitud no tiene sombras. Es, por otra parte, un ejemplo de lo que debe ser un político colombiano, respetuoso de todas las leyes e instituciones creadas en más de un siglo de esfuerzo por la inteligencia de nuestros grandes compatriotas, y sobre todo, respetuoso, como soldado de Cristo, como autentico católico, como hombre civilizado y culto, de los derechos de los trece millones de personas humanas que habitan el territorio de la República, que abominan del despotismo.
A su esfuerzo de estos días luctuosos y graves y al que realice en el gobierno de la nación cuando lleguen otros mejores, el liberalismo le ofrece una cooperación sin otro límite que el fiel cumplimiento de la palabra que ha empeñado en ese documento histórico del 20 de marzo.”
Tomado de: Libro “Las Jornadas de Mayo”; Ediciones Documentos Colombianos Bogotá; Pagina: 61-62.
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