Como candidato de los partidos políticos, tengo el placer de informarle al gobierno que hemos llegado al más elevado y patriótico acuerdo para restaurar el imperio de las instituciones nacionales con una plataforma común de aspiraciones patrióticas y con un solo candidato por el cual habrán de sufragar lealmente ambos partidos.

Así pues, nosotros hemos cumplido; esperamos que el gobierno también habrá de cumplir su palabra a elecciones populares limpias de fraude y libres de violencia para elegir el próximo Presidente de la República. El gobierno nos ha dicho con Herrera: “La patria por encima de los partidos”. Nosotros le decimos: De acuerdo; pero agregamos: La patria por encima de los negocios.

Réstame solo significar a ustedes que la confianza con que me han honrado será correspondida hasta con el sacrificio de la propia vida si fuera necesario, y que obligará perennemente mi gratitud.

Las dificultades de comunicación y de expresión a que nos ha sometido el gobierno, especialmente en estos últimos días, me impiden desarrollar ampliamente ante ustedes mi pensamiento político, que por otra parte ya esta expresado en el manifiesto conjunto del 20 de marzo pasado, que tuve el honor de suscribir como presidente del Directorio Nacional Conservador, pero espero, además, poder hacerlo muy pronto para ofrecerle al país, un programa que colme sus anhelos de libertad y de justicia en Colombia.

Servidor y amigo,


GUILLERMO LEON VALENCIA


miércoles, 22 de abril de 2009

DECLARACIÓN DE LOS DOS PARTIDOS POLÍTICOS - SOLIDARIDAD CON EL MOVIMIENTO CIVIL

A la reelección presidencial respondieron los partidos liberal y conservador con la siguiente orden de solidaridad con el movimiento civil el 9 de Mayo:
En las horas de la tarde de ayer el General Rojas Pinilla arrancó a una Asamblea, cuyos miembros fueron designados directa o indirectamente por él, una elección inválida para continuar su gobierno después de 1958. A pesar de las circunstancias en que fueron elegidos, un grupo minoritario de asambleístas se abstuvo de ejecutar el acto único para el cual se creó ese instrumento que no corresponde a ninguna tradición colombiana, a ningún principio de derecho, y que con su sola existencia viola la constitución nacional.
Los partidos políticos hemos declarado ya en muchas ocasiones que para nosotros la Asamblea Constituyente del General Rojas es, por su origen, inexistente como entidad institucional y que todos sus actos carecen de validez alguna, entre ellos el primero, el de alterar la constitución para reelegir al General Rojas Pinilla, y luégo el que ayer se cumplió cuando todo el país se paraba en un acto extraordinario de protesta sin antecedentes ni memoria en los anales de Colombia.
El General Rojas Pinilla, en el discurso en que recibió la ofrenda inconstitucional que le presentaban sus funcionarios de la asamblea, le decretó la violencia al país, y trazó, además, un programa de gobierno que Colombia rechaza, y que amenaza, esencialmente todo lo que quedaba todavía sin destruír. En un programa de persecución, de la nacionalización rapaz, de intimidación al capital, de promoción irresponsable de la lucha de clases. El promotor de la reelección inválida se ha colocado voluntariamente como el enemigo implacable del sistema social y económico que no sólo Colombia sino todo el mundo occidental ha escogido como la formula mejor para preservar la libertad y promover las prosperidad de los hombres, dentro de la justicia y la paz. Lo que expuso ayer como plan de acción inmediato y futuro es la negación absoluta de los principios de la civilización cristiana, que son el marco de los empeños para ambos partidos tradicionales de Colombia.
Jamás hubiéramos concebido los colombianos que desde la Presidencia de la República se formulara la amenaza - que en Cali se ha llevado a la práctica - y menos aún hecha por el jefe de las milicias regulares, de recurrir a la cooperación de las gentes indeseables para lanzarlas en persecución de la ciudadanía indefensa.
Además demostró el General Rojas la resolución irrevocable de destruír a los dos partidos tal como muchas veces antes lo había intentado, y dejado de hacer solamente por la prevención de las más grandes fuerzas morales de Colombia, a cuya cabeza está la Iglesia Católica.
Acción pacífica, enérgica resistencia hasta el grado en que se evite la lucha física con la fuerza pública, eso pedimos, pero por sobre todo, profunda y activa fe en que representamos la totalidad de lo que es Colombia y su historia entera. Los dos partidos no podrán ser arrollados ni desaparecerán jamás de nuestra vida pública, menos ahora, cuando están unidos para trabajar por la paz de la nación, por el regreso a sus instituciones y por el restablecimiento de un régimen de repare los daños que el actual gobierno le ha caudado a la patria.
Pero queremos que nuestros amigos entiendan bien que nadie puede quedar, si tiene amor por su partido además de veneración y respeto por la República, al margen de esta lucha, en la que se juega radicalmente la suerte de Colombia.
ALBERTO LLERAS, Director de liberalismo GUILLERMO LEÓN VALENCIA
Directorio Nacional Conservador, Francisco de Paula Pérez, Juan Uribe Cualla, Rafael Azuero. Alfredo Carbonell, Alfredo Vásquez Carrizosa (Secretario General
Alfonso López Pumarejo,Eduardo Santos, FALTAN NOMBRES – COPIAR PAG 190, 191
Tomado de: Libro “Las Jornadas de Mayo”; Ediciones Documentos Colombianos Bogotá; Pagina: 188-189-

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