Como candidato de los partidos políticos, tengo el placer de informarle al gobierno que hemos llegado al más elevado y patriótico acuerdo para restaurar el imperio de las instituciones nacionales con una plataforma común de aspiraciones patrióticas y con un solo candidato por el cual habrán de sufragar lealmente ambos partidos.

Así pues, nosotros hemos cumplido; esperamos que el gobierno también habrá de cumplir su palabra a elecciones populares limpias de fraude y libres de violencia para elegir el próximo Presidente de la República. El gobierno nos ha dicho con Herrera: “La patria por encima de los partidos”. Nosotros le decimos: De acuerdo; pero agregamos: La patria por encima de los negocios.

Réstame solo significar a ustedes que la confianza con que me han honrado será correspondida hasta con el sacrificio de la propia vida si fuera necesario, y que obligará perennemente mi gratitud.

Las dificultades de comunicación y de expresión a que nos ha sometido el gobierno, especialmente en estos últimos días, me impiden desarrollar ampliamente ante ustedes mi pensamiento político, que por otra parte ya esta expresado en el manifiesto conjunto del 20 de marzo pasado, que tuve el honor de suscribir como presidente del Directorio Nacional Conservador, pero espero, además, poder hacerlo muy pronto para ofrecerle al país, un programa que colme sus anhelos de libertad y de justicia en Colombia.

Servidor y amigo,


GUILLERMO LEON VALENCIA


lunes, 5 de octubre de 2009

Un hombre excepcional por Hugo Artunduaga Salas

Centenario del nacimiento del ex presidente Guillermo León Valencia.
Un hombre excepcional


Guillermo León Valencia: encarnó y exaltó las virtudes de la hispanidad, las que invocó con nobleza y generosidad.

(Intervención del doctor Hugo Artunduaga Salas en la sesión especial del directorio conservador de Cundinamarca).

“Guillermo León Valencia, colombiano ilustre y excepcional que reunió muchas de las virtudes y muy pocas falencias.

Hablar de la personalidad y vida de Guillermo León Valencia, es una aleccionadora tarea. Al recorrer mentalmente el transcurrir del ejercicio de este ilustre payanés, desde su nacimiento hasta su muerte, enmarca toda una cátedra, pues sólo él interpretó cabalmente algo olvidado en la vida de hoy…Quien es grande, tiene y debe ser humilde.

Su nobleza, amor por su Colombia, entrega por sus principios, interés por lo social y la igualdad, su pulcritud espiritual, decoro y respeto por los valores, lo enmarcan como el Colombiano excepcional.

El ilustre hijo, de ese gran vate, que fue el maestro Guillermo Valencia, defendió un modelo Conservador, Nacionalista y Cristiano. Desde muy joven incursionó en el quehacer político en su natal y amada Popayán, logrando escalar rápidamente las posiciones de elección popular desde el Concejo, el Senado y La Presidencia de la República.

En la década de los 30, en una gira por los departamentos del Valle,Cauca y Huila, el entonces jefe único del partido, doctor Laureano Gómez, escuchó sus intervenciones que con una pulcra oratoria y fortaleza en sus planteamientos, cautivaron al riguroso e implacable maestro.

El jefe único, de inmediato, lo invitó a la capital de la República y sin dudarlo, lo integró a la actividad proselitista, espacio que se ganó con creces y que le permitió vincularse a la política de Cundinamarca. Desde la duma libró extraordinarias y recordadas jornadas. Defendiendo con inteligencia y doctrina el pensamiento de Caro y Ospina, pilares fundamentales de la cátedra conservadora, que hoy reclama la nueva generación del partido.

Valencia, en la plaza pública, como en el Congreso, enfrentó a cuantos atentaran contra el orden, los valores, la moral, la democracia y la libertad.

Guillermo León Valencia, encarnó y exaltó las virtudes de la hispanidad, las que invocó con nobleza y generosidad.


Los colombianos, aprendimos a reconocer la reciedumbre de su carácter, que se advertía en su andar erguido, en esa mirada de águila, con la que lideró protestas cívicas y partidistas, como en Cali, al acompañar las muchedumbres a desafiar las alambradas hostiles y las bayonetas que pretendían por la fuerza, sostener un gobierno agotado.


Fueron acciones gallardas y valientes que lo llevaron a jugarse la vida por la democracia, le valieron el afecto de los colombianos, para proponerlo a la Presidencia de la República, como primer mandatario del Frente Nacional. Las circunstancias políticas trastornaron esa oportunidad y le correspondió al doctor Alberto Lleras Camargo ser el primer presidente del Frente Nacional, iniciando la reconciliación entre liberales y conservadores.


En 1.961 el nombre de Guillermo León Valencia convocó el acuerdo bipartidista, para ser el candidato para el periodo 1.962-1.966, dignidad que ejerció con los más altos valores, en la búsqueda de la paz y el equilibrio social. Fue tan arraigado el objetivo, que el pueblo lo bautizó, como el Presidente de la PAZ Y LA JUSTICIA SOCIAL.


Quien les habla, se considera un afortunado por la generosidad de la Divina Providencia y de mis amigos.


Tuve el privilegio y el inmenso honor de ser su Secretario General en la Campaña Bipartidista a la presidencia, en mi natal Huila, en un ejercicio de unidad triunfante, que al igual que hoy reclama el partido.


Le guardo, al señor expresidente Valencia el respeto, admiración, aprecio y agradecimiento imperecedero, por su paternal manera como me otorgó su amistad y consejo. De él, aprendí, que en la vida hay que mantener los principios tutelares del amor y el temor a Dios, el respeto al prójimo, y el acatamiento a la Ley y al orden.


Qué fecha, más apropiada, para que hoy, como presidente del Directorio Conservador de Cundinamarca, dignidad que ostento, por generosidad de mis compañeros, expresarle en nombre de ellos y de la colectividad, a sus ilustres familiares, en cabeza de su hidalgo y brillante hijo Ignacio Valencia López, quien como Secretario Privado, se acercó al poder, con la ética, la discreción y la distancia, que deberían ser ejemplo a las nuevas generaciones de hijos del poder


Aún, tenemos mucho que aprender, los Conservadores del legado… del COLOMBIANO EXCEPCIONAL, GUILLERMO LEÓN VALENCIA”.


Bogotá, Mayo 13 de 2009
Hugo Artunduaga Salas
P.D.

sábado, 3 de octubre de 2009

El legado de firmeza de Guillermo León Valencia, de quien se cumplieron 100 años de su natalicio

Guillermo León Valencia fue uno de los artífices del Frente Nacional. En su Gobierno se creó la Junta Monetaria y se gestó el Plan Vallejo.

El Presidente conservador (1962-1966), durante el Frente Nacional, se destacó por sus decisiones de mano dura contra los 'bandoleros'.

El presidente Guillermo León Valencia Muñoz estuvo a punto de pegarle un tiro a su ministro de Guerra, el general Alberto Ruíz Novoa, el mismo día que le aceptó la renuncia (agosto de 1965).

"(En el bolsillo del pantalón) yo tenía el revólver cogido ya de la culata y con el gatillo en la mano (...) Si él me intimaba a prisión, yo le disparaba, porque me parecía que era una insurrección militar, que yo estaba en el deber de conjurar, inclusive por la fuerza".

Así lo narró el mismo Valencia en una grabación de 1969, ante el entonces embajador en Holanda, Ramón de Zubiría, transcrita por Lecturas Dominicales, de EL TIEMPO, en agosto de 1997.

El episodio ilustra la determinación y firmeza del Presidente conservador, cuya memoria fue homenajeada esta semana en Popayán, su ciudad natal, a propósito de los 100 años de su natalicio, el 27 de abril de 1909.

Gobernó entre 1962 y 1966, el segundo cuatrienio del Frente Nacional, del que fue uno de los principales arquitectos tras hacer una dura oposición a la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla.

'Acabó con los bandoleros'

Valencia es recordado por su mano dura para recuperar el control de territorios que en la época llamaron "repúblicas independientes", al mando de violentos "bandoleros" enemistados por las diferencias entre liberales y conservadores.

Su resuelto carácter para combatir a estos grupos está dibujado en el libro Tiros de Guillermo León, de Juan Carlos Iragorri y Julián Mosquera, que recopila una serie de anécdotas del Presidente.

Allí aparece, en primer lugar, la respuesta que él les dio a unos dirigentes gremiales, quienes le sugirieron dialogar con los subversivos: "El diálogo existe mediante una diligencia judicial que se llama indagatoria, en la cual el representante del Estado es el juez", les contestó Valencia.

Bajo sus órdenes se dio despliegue a la operación Marquetalia en 1964, que diezmó a los grupos de "bandoleros", pero a la que sobrevivió 'Manuel Marulanda Vélez', gestor luego de la guerrilla más vieja del mundo: las Farc.

Ignacio Valencia, uno de sus cuatro hijos, explica el aporte del Presidente: "Él acabó con los bandoleros (...) Ya no había razón para esas guerrillas porque el liberalismo y el conservatismo habían dejado de apoyarlas (con el pacto del Frente Nacional). Las Farc son una situación posterior, que fue evolucionando hasta los tiempos de ahora".

No obstante, en medio de sus triunfos políticos, Valencia soportó sufrimientos personales durante su administración: la muerte de su esposa Susana López, en 1965, a un año de concluir el mandato.

Cuenta Ignacio Valencia que ella "murió a los 52 años, luego de padecer meses atrás de una embolia cerebral, pero tanto él (el presidente Valencia) como nosotros (los cuatro hijos) la rodeamos".

De cacería con el gral. Franco

Antes de llegar a la Presidencia, la hoja de vida de Valencia estuvo colmada de cargos públicos, como concejal de Popayán, diputado del Cauca, senador de la República y embajador ante la ONU y España.

Y en medio de tan agitada carrera política tuvo tiempo para su afición de cazador. Se desplazaba por Meta, Casanare y Arauca, junto a amigos, campesinos y un grupo de 20 o 30 perros de cacería en busca de venados.

Incluso, cuenta su hijo Ignacio, cuando se desempeñó como embajador en Madrid, antes y después de ocupar la Presidencia, cazó ciervos junto al general Francisco Franco (quien gobernó España entre 1939 y 1975) en el Palacio del Pardo.

El pasado miércoles, en Popayán, durante un homenaje en su memoria, el presidente Álvaro Uribe destacó el "coraje sin igual y singular" de Valencia para enfrentar a las "repúblicas independientes".

Uribe además reseñó el legado del Presidente conservador en materia económica: "Creó la Junta Monetaria, que cumplió una gran tarea hasta que fue eliminada por la Constitución de 1991 y sustituida por la independencia del Banco de la República".

También destacó que el Gobierno de Valencia "tuvo que aceptar una devaluación, pero, para no afectar la necesaria importación de bienes que se incorporaran a las exportaciones colombianas, concibió el Plan Vallejo, un gran estímulo a las exportaciones, que sigue teniendo toda la vigencia en la vida nacional".
El Tiempo