lunes, 5 de octubre de 2009
Un hombre excepcional por Hugo Artunduaga Salas
Centenario del nacimiento del ex presidente Guillermo León Valencia.
Un hombre excepcional
Guillermo León Valencia: encarnó y exaltó las virtudes de la hispanidad, las que invocó con nobleza y generosidad.
(Intervención del doctor Hugo Artunduaga Salas en la sesión especial del directorio conservador de Cundinamarca).
“Guillermo León Valencia, colombiano ilustre y excepcional que reunió muchas de las virtudes y muy pocas falencias.
Hablar de la personalidad y vida de Guillermo León Valencia, es una aleccionadora tarea. Al recorrer mentalmente el transcurrir del ejercicio de este ilustre payanés, desde su nacimiento hasta su muerte, enmarca toda una cátedra, pues sólo él interpretó cabalmente algo olvidado en la vida de hoy…Quien es grande, tiene y debe ser humilde.
Su nobleza, amor por su Colombia, entrega por sus principios, interés por lo social y la igualdad, su pulcritud espiritual, decoro y respeto por los valores, lo enmarcan como el Colombiano excepcional.
El ilustre hijo, de ese gran vate, que fue el maestro Guillermo Valencia, defendió un modelo Conservador, Nacionalista y Cristiano. Desde muy joven incursionó en el quehacer político en su natal y amada Popayán, logrando escalar rápidamente las posiciones de elección popular desde el Concejo, el Senado y La Presidencia de la República.
En la década de los 30, en una gira por los departamentos del Valle,Cauca y Huila, el entonces jefe único del partido, doctor Laureano Gómez, escuchó sus intervenciones que con una pulcra oratoria y fortaleza en sus planteamientos, cautivaron al riguroso e implacable maestro.
El jefe único, de inmediato, lo invitó a la capital de la República y sin dudarlo, lo integró a la actividad proselitista, espacio que se ganó con creces y que le permitió vincularse a la política de Cundinamarca. Desde la duma libró extraordinarias y recordadas jornadas. Defendiendo con inteligencia y doctrina el pensamiento de Caro y Ospina, pilares fundamentales de la cátedra conservadora, que hoy reclama la nueva generación del partido.
Valencia, en la plaza pública, como en el Congreso, enfrentó a cuantos atentaran contra el orden, los valores, la moral, la democracia y la libertad.
Guillermo León Valencia, encarnó y exaltó las virtudes de la hispanidad, las que invocó con nobleza y generosidad.
Los colombianos, aprendimos a reconocer la reciedumbre de su carácter, que se advertía en su andar erguido, en esa mirada de águila, con la que lideró protestas cívicas y partidistas, como en Cali, al acompañar las muchedumbres a desafiar las alambradas hostiles y las bayonetas que pretendían por la fuerza, sostener un gobierno agotado.
Fueron acciones gallardas y valientes que lo llevaron a jugarse la vida por la democracia, le valieron el afecto de los colombianos, para proponerlo a la Presidencia de la República, como primer mandatario del Frente Nacional. Las circunstancias políticas trastornaron esa oportunidad y le correspondió al doctor Alberto Lleras Camargo ser el primer presidente del Frente Nacional, iniciando la reconciliación entre liberales y conservadores.
En 1.961 el nombre de Guillermo León Valencia convocó el acuerdo bipartidista, para ser el candidato para el periodo 1.962-1.966, dignidad que ejerció con los más altos valores, en la búsqueda de la paz y el equilibrio social. Fue tan arraigado el objetivo, que el pueblo lo bautizó, como el Presidente de la PAZ Y LA JUSTICIA SOCIAL.
Quien les habla, se considera un afortunado por la generosidad de la Divina Providencia y de mis amigos.
Tuve el privilegio y el inmenso honor de ser su Secretario General en la Campaña Bipartidista a la presidencia, en mi natal Huila, en un ejercicio de unidad triunfante, que al igual que hoy reclama el partido.
Le guardo, al señor expresidente Valencia el respeto, admiración, aprecio y agradecimiento imperecedero, por su paternal manera como me otorgó su amistad y consejo. De él, aprendí, que en la vida hay que mantener los principios tutelares del amor y el temor a Dios, el respeto al prójimo, y el acatamiento a la Ley y al orden.
Qué fecha, más apropiada, para que hoy, como presidente del Directorio Conservador de Cundinamarca, dignidad que ostento, por generosidad de mis compañeros, expresarle en nombre de ellos y de la colectividad, a sus ilustres familiares, en cabeza de su hidalgo y brillante hijo Ignacio Valencia López, quien como Secretario Privado, se acercó al poder, con la ética, la discreción y la distancia, que deberían ser ejemplo a las nuevas generaciones de hijos del poder
Aún, tenemos mucho que aprender, los Conservadores del legado… del COLOMBIANO EXCEPCIONAL, GUILLERMO LEÓN VALENCIA”.
Bogotá, Mayo 13 de 2009
Hugo Artunduaga Salas
P.D.
Un hombre excepcional
Guillermo León Valencia: encarnó y exaltó las virtudes de la hispanidad, las que invocó con nobleza y generosidad.
(Intervención del doctor Hugo Artunduaga Salas en la sesión especial del directorio conservador de Cundinamarca).
“Guillermo León Valencia, colombiano ilustre y excepcional que reunió muchas de las virtudes y muy pocas falencias.
Hablar de la personalidad y vida de Guillermo León Valencia, es una aleccionadora tarea. Al recorrer mentalmente el transcurrir del ejercicio de este ilustre payanés, desde su nacimiento hasta su muerte, enmarca toda una cátedra, pues sólo él interpretó cabalmente algo olvidado en la vida de hoy…Quien es grande, tiene y debe ser humilde.
Su nobleza, amor por su Colombia, entrega por sus principios, interés por lo social y la igualdad, su pulcritud espiritual, decoro y respeto por los valores, lo enmarcan como el Colombiano excepcional.
El ilustre hijo, de ese gran vate, que fue el maestro Guillermo Valencia, defendió un modelo Conservador, Nacionalista y Cristiano. Desde muy joven incursionó en el quehacer político en su natal y amada Popayán, logrando escalar rápidamente las posiciones de elección popular desde el Concejo, el Senado y La Presidencia de la República.
En la década de los 30, en una gira por los departamentos del Valle,Cauca y Huila, el entonces jefe único del partido, doctor Laureano Gómez, escuchó sus intervenciones que con una pulcra oratoria y fortaleza en sus planteamientos, cautivaron al riguroso e implacable maestro.
El jefe único, de inmediato, lo invitó a la capital de la República y sin dudarlo, lo integró a la actividad proselitista, espacio que se ganó con creces y que le permitió vincularse a la política de Cundinamarca. Desde la duma libró extraordinarias y recordadas jornadas. Defendiendo con inteligencia y doctrina el pensamiento de Caro y Ospina, pilares fundamentales de la cátedra conservadora, que hoy reclama la nueva generación del partido.
Valencia, en la plaza pública, como en el Congreso, enfrentó a cuantos atentaran contra el orden, los valores, la moral, la democracia y la libertad.
Guillermo León Valencia, encarnó y exaltó las virtudes de la hispanidad, las que invocó con nobleza y generosidad.
Los colombianos, aprendimos a reconocer la reciedumbre de su carácter, que se advertía en su andar erguido, en esa mirada de águila, con la que lideró protestas cívicas y partidistas, como en Cali, al acompañar las muchedumbres a desafiar las alambradas hostiles y las bayonetas que pretendían por la fuerza, sostener un gobierno agotado.
Fueron acciones gallardas y valientes que lo llevaron a jugarse la vida por la democracia, le valieron el afecto de los colombianos, para proponerlo a la Presidencia de la República, como primer mandatario del Frente Nacional. Las circunstancias políticas trastornaron esa oportunidad y le correspondió al doctor Alberto Lleras Camargo ser el primer presidente del Frente Nacional, iniciando la reconciliación entre liberales y conservadores.
En 1.961 el nombre de Guillermo León Valencia convocó el acuerdo bipartidista, para ser el candidato para el periodo 1.962-1.966, dignidad que ejerció con los más altos valores, en la búsqueda de la paz y el equilibrio social. Fue tan arraigado el objetivo, que el pueblo lo bautizó, como el Presidente de la PAZ Y LA JUSTICIA SOCIAL.
Quien les habla, se considera un afortunado por la generosidad de la Divina Providencia y de mis amigos.
Tuve el privilegio y el inmenso honor de ser su Secretario General en la Campaña Bipartidista a la presidencia, en mi natal Huila, en un ejercicio de unidad triunfante, que al igual que hoy reclama el partido.
Le guardo, al señor expresidente Valencia el respeto, admiración, aprecio y agradecimiento imperecedero, por su paternal manera como me otorgó su amistad y consejo. De él, aprendí, que en la vida hay que mantener los principios tutelares del amor y el temor a Dios, el respeto al prójimo, y el acatamiento a la Ley y al orden.
Qué fecha, más apropiada, para que hoy, como presidente del Directorio Conservador de Cundinamarca, dignidad que ostento, por generosidad de mis compañeros, expresarle en nombre de ellos y de la colectividad, a sus ilustres familiares, en cabeza de su hidalgo y brillante hijo Ignacio Valencia López, quien como Secretario Privado, se acercó al poder, con la ética, la discreción y la distancia, que deberían ser ejemplo a las nuevas generaciones de hijos del poder
Aún, tenemos mucho que aprender, los Conservadores del legado… del COLOMBIANO EXCEPCIONAL, GUILLERMO LEÓN VALENCIA”.
Bogotá, Mayo 13 de 2009
Hugo Artunduaga Salas
P.D.
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