Como candidato de los partidos políticos, tengo el placer de informarle al gobierno que hemos llegado al más elevado y patriótico acuerdo para restaurar el imperio de las instituciones nacionales con una plataforma común de aspiraciones patrióticas y con un solo candidato por el cual habrán de sufragar lealmente ambos partidos.

Así pues, nosotros hemos cumplido; esperamos que el gobierno también habrá de cumplir su palabra a elecciones populares limpias de fraude y libres de violencia para elegir el próximo Presidente de la República. El gobierno nos ha dicho con Herrera: “La patria por encima de los partidos”. Nosotros le decimos: De acuerdo; pero agregamos: La patria por encima de los negocios.

Réstame solo significar a ustedes que la confianza con que me han honrado será correspondida hasta con el sacrificio de la propia vida si fuera necesario, y que obligará perennemente mi gratitud.

Las dificultades de comunicación y de expresión a que nos ha sometido el gobierno, especialmente en estos últimos días, me impiden desarrollar ampliamente ante ustedes mi pensamiento político, que por otra parte ya esta expresado en el manifiesto conjunto del 20 de marzo pasado, que tuve el honor de suscribir como presidente del Directorio Nacional Conservador, pero espero, además, poder hacerlo muy pronto para ofrecerle al país, un programa que colme sus anhelos de libertad y de justicia en Colombia.

Servidor y amigo,


GUILLERMO LEON VALENCIA


sábado, 3 de octubre de 2009

El legado de firmeza de Guillermo León Valencia, de quien se cumplieron 100 años de su natalicio

Guillermo León Valencia fue uno de los artífices del Frente Nacional. En su Gobierno se creó la Junta Monetaria y se gestó el Plan Vallejo.

El Presidente conservador (1962-1966), durante el Frente Nacional, se destacó por sus decisiones de mano dura contra los 'bandoleros'.

El presidente Guillermo León Valencia Muñoz estuvo a punto de pegarle un tiro a su ministro de Guerra, el general Alberto Ruíz Novoa, el mismo día que le aceptó la renuncia (agosto de 1965).

"(En el bolsillo del pantalón) yo tenía el revólver cogido ya de la culata y con el gatillo en la mano (...) Si él me intimaba a prisión, yo le disparaba, porque me parecía que era una insurrección militar, que yo estaba en el deber de conjurar, inclusive por la fuerza".

Así lo narró el mismo Valencia en una grabación de 1969, ante el entonces embajador en Holanda, Ramón de Zubiría, transcrita por Lecturas Dominicales, de EL TIEMPO, en agosto de 1997.

El episodio ilustra la determinación y firmeza del Presidente conservador, cuya memoria fue homenajeada esta semana en Popayán, su ciudad natal, a propósito de los 100 años de su natalicio, el 27 de abril de 1909.

Gobernó entre 1962 y 1966, el segundo cuatrienio del Frente Nacional, del que fue uno de los principales arquitectos tras hacer una dura oposición a la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla.

'Acabó con los bandoleros'

Valencia es recordado por su mano dura para recuperar el control de territorios que en la época llamaron "repúblicas independientes", al mando de violentos "bandoleros" enemistados por las diferencias entre liberales y conservadores.

Su resuelto carácter para combatir a estos grupos está dibujado en el libro Tiros de Guillermo León, de Juan Carlos Iragorri y Julián Mosquera, que recopila una serie de anécdotas del Presidente.

Allí aparece, en primer lugar, la respuesta que él les dio a unos dirigentes gremiales, quienes le sugirieron dialogar con los subversivos: "El diálogo existe mediante una diligencia judicial que se llama indagatoria, en la cual el representante del Estado es el juez", les contestó Valencia.

Bajo sus órdenes se dio despliegue a la operación Marquetalia en 1964, que diezmó a los grupos de "bandoleros", pero a la que sobrevivió 'Manuel Marulanda Vélez', gestor luego de la guerrilla más vieja del mundo: las Farc.

Ignacio Valencia, uno de sus cuatro hijos, explica el aporte del Presidente: "Él acabó con los bandoleros (...) Ya no había razón para esas guerrillas porque el liberalismo y el conservatismo habían dejado de apoyarlas (con el pacto del Frente Nacional). Las Farc son una situación posterior, que fue evolucionando hasta los tiempos de ahora".

No obstante, en medio de sus triunfos políticos, Valencia soportó sufrimientos personales durante su administración: la muerte de su esposa Susana López, en 1965, a un año de concluir el mandato.

Cuenta Ignacio Valencia que ella "murió a los 52 años, luego de padecer meses atrás de una embolia cerebral, pero tanto él (el presidente Valencia) como nosotros (los cuatro hijos) la rodeamos".

De cacería con el gral. Franco

Antes de llegar a la Presidencia, la hoja de vida de Valencia estuvo colmada de cargos públicos, como concejal de Popayán, diputado del Cauca, senador de la República y embajador ante la ONU y España.

Y en medio de tan agitada carrera política tuvo tiempo para su afición de cazador. Se desplazaba por Meta, Casanare y Arauca, junto a amigos, campesinos y un grupo de 20 o 30 perros de cacería en busca de venados.

Incluso, cuenta su hijo Ignacio, cuando se desempeñó como embajador en Madrid, antes y después de ocupar la Presidencia, cazó ciervos junto al general Francisco Franco (quien gobernó España entre 1939 y 1975) en el Palacio del Pardo.

El pasado miércoles, en Popayán, durante un homenaje en su memoria, el presidente Álvaro Uribe destacó el "coraje sin igual y singular" de Valencia para enfrentar a las "repúblicas independientes".

Uribe además reseñó el legado del Presidente conservador en materia económica: "Creó la Junta Monetaria, que cumplió una gran tarea hasta que fue eliminada por la Constitución de 1991 y sustituida por la independencia del Banco de la República".

También destacó que el Gobierno de Valencia "tuvo que aceptar una devaluación, pero, para no afectar la necesaria importación de bienes que se incorporaran a las exportaciones colombianas, concibió el Plan Vallejo, un gran estímulo a las exportaciones, que sigue teniendo toda la vigencia en la vida nacional".
El Tiempo

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